Barrasanta, una apuesta gastronómica que recupera las barras

Los socios Mario Rodríguez y Adrián González abren un restaurante en la capital tinerfeña para disfrutar de una cocina sencilla y con productos de mercado

Barrasanta nace de la vieja amistad en Santiago del Teide de sus propietarios Mario Rodríguez y Adrián González, quienes desde ha tiempo barruntaban que les había llegado la hora de abrir un negocio de restauración en Santa Cruz. Mario pone sus conocimientos, curtido desde hace años en Casa Pancho, en Playa La Arena, en Playa Santiago, y Adrián González, sus trabajos como empresario.  A ambos les une también esa vocación por crear un espacio novedoso y además donde se puede disfrutar con la comida y una cava que mira, y bien, a los vinos canarios.

Rodríguez y González tropiezan un día con un local, sito en la calle Santa Rosalía, en un pequeña calle que da acceso al Parque Bulevar, que por fin hará realidad este proyecto gastronómico. Ambos acuerdan, tras visitar otros restaurantes por la Península, que hay que volver a recuperar el mundo de la barra en el sector de la restauración donde se han puesto de moda en los últimos años y con un éxito apreciable. De la mano de la interiorista Marta Auyanet se ponen manos a la obra y logran un local moderno y elegante cuyo eje central es una larga barra, con unas veinte butacas amplias y cómodas, donde se pueden degustar los platos de la carta de una manera más desenfadada y divertida. También en el interior cuentan con varias mesas y una terraza para atender a los comensales.

Añoradas barras. Las barras añoradas de los antiguos restaurantes permiten disfrutar no solo de un almuerzo o cena, sino también de las horas previas con una caña o un vermut o las posteriores con un gin-tonic. Para ello también en las horas entre los almuerzos y cenas está previsto una oferta de conservas como mejillones en escabeche fritos, navajas al natural, o unas zamburiñas guisadas.

Entrando en materia, Barrasanta mantiene una carta muy cuidada y sobre todo con platos para compartir. De entrada merece la pena el jamón 100% iberico o la muy rica cecina de buey o el carpaccio de ternera, ambos de la marca El Capricho, del afamado José Gordón. Imprescindible es disfrutar del salmorejo cordobés, que recuerda inevitablemente al de Casa Pancho, en Santiago del Teide.

Son recomendables las sardinas marinadas, el salmón marinado en remolacha y salsa remoulade o el pulpo con salsa de pimentón y el puré de papas. De segundo es bastante solicitada la merluza crujiente en majonesa y la merluza a la plancha acompañada de bechamel y verduras o si preferimos carne, unas carrilleras de cerdo. El almuerzo o cena se puede acabar con una rica tarta de queso o una tartaleta de pistacho.

Bodega Montoro. Como decíamos, en la carta de vinos se aprecia la mano y la experiencia de Mario Rodríguez, quien resalta la labor de las bodegas canarias incluso organizando diferentes catas para dar a conocer estos productos cada vez más elogiados. Para la última ocasión que visité el local escogió dos blancos de la bodega Montero, ubicada en el norte de la isla de La Gomera, en la zona de especial conservación Laderas de Enchereda, uno de ellos con crianza en barrica. Dos vinos que sorprenden y demuestran la labor que están desarrollando las bodegas de la Isla Colombina.

Pero aparte de este vino, podemos encontrar otras bodegas de las islas como Viñátigo, Viña Zanata, Los Loros, El Grifo, Vidonia, 7 Fuentes, Envínate, etcétera. También hay referencias de bodegas peninsulares. La apertura de Barrasanta, en los inicios de las fechas veraniegas, no solo recupera la tradición de las barras en el sector de la restauración sino que también pone el foco en una cocina tradicional rompiendo así la moda de la cocina japonesa y oriental que se viene registrando en la capital tinerfeña. | José L. Conde